Se cree que su causa radica en las tracciones que el humor vítreo (líquido gelatinoso transparente que rellena el globo ocular) ejerce sobre la mácula al contraerse, por un proceso fisiológico de envejecimiento. En condiciones normales, cuando vamos envejeciendo se produce un desprendimiento de vítreo, es decir, la gelatina intraocular se encoge y se va alejando de la mácula sin producir ningún daño sobre la misma ni consecuencias en la visión. Sin embargo, en algunos sujetos, la corteza vítrea tiene fuertes adherencias sobre la mácula y una contracción focal brusca de la misma, conduce a una rotura del tejido macular y a la formación de un agujero macular.
También podemos sufrir un agujero macular tras un traumatismo contuso ocular, en el contexto de una alta miopía o como complicación de edemas maculares crónicos.
Tipos
Existen diferentes clasificaciones de los agujeros maculares:
-Según su causa: idiopáticos o seniles (asociados al envejecimiento), los miópicos (aquellos que ocurren en pacientes con alta miopía) y los traumáticos (consecuencia de un traumatismo previo)
-Según el espesor de la retina dañado: completos (cuando el agujero afecta todo el espesor de la retina) y los lamelares (cuando afectan parciamente el espesor de la retina) asociándose en general a membranas epirretinianas.
-Según los hallazgos de la OCT. Clasificación compleja en la que no entraremos.