La aparición súbita de cualquiera de los síntomas descritos, especialmente los destellos luminosos, ya indican un posible desgarro o rotura de la retina, que de ser tratado precozmente con una fotocoagulación retiniana, evitará un posterior desprendimiento de retina.
En el caso de que ya tengamos un desprendimiento de retina establecido, el tratamiento será casi siempre quirúrgico y no hacerlo de modo urgente podría conllevar la pérdida irreversible de visión del ojo.
Es importante realizar revisiones periódicas, como mínimo una vez al año, particularmente en población de riesgo. También es esencial revisar la retina del ojo contralateral de los pacientes con antecedentes personales de desprendimiento de retina, para poder detectar lesiones periféricas de riesgo y tratarlas preventivamente, antes de que desarrollen dicha enfermedad.