El tratamiento del estrabismo incluye diferentes opciones terapéuticas que deberán ser consideradas de forma personalizada por el oftalmólogo especialista. Para que sea eficaz, el tratamiento debe ser lo más precoz posible.
Correción del error refractivo
En primer lugar debemos corregir el error refractivo, si existe, mediante gafas o lentillas. En algunos casos, como en el estrabismo acomodativo, la corrección óptica por sí sola puede compensar la desviación.
Recuperación de la visión
En segundo lugar, si se desarrolla ambliopía (ojo vago) en el ojo desviado, deberemos recuperar la visión de ese ojo. Para ello la medida más efectiva es la oclusión del ojo sano mediante un parche.
Existen alternativas a la oclusión, que englobamos bajo el término de penalización y que consisten en inducir visión borrosa en el ojo bueno. Ésta puede ser óptica, mediante la prescripción de una gafa con filtros o graduación incorrecta, o bien farmacológica, mediante la instilación de gotas que dilatan la pupila.
En general, la penalización suele reservarse para casos en los que es imposible el cumplimiento del parche, como mantenimiento de la visión lograda tras la oclusión o en determinados casos de nistagmus.
Tratamiento quirúrgico
Una vez corregidos el defecto óptico y la ambliopía, si persiste la desviación, se procederá a tratamiento quirúrgico. Además de la cirugía existen otras opciones terapéuticas, como la rehabilitación visual, los prismas y la toxina botulínica.
La inyección de toxina botulínica constituye una alternativa en determinados casos, como las parálisis oculomotoras, los ejercicios de ortóptica pueden ser útiles como complemento a la cirugía y en casos seleccionados como las forias y el estrabismo divergente intermitente, y los prismas estarían indicados en estrabismos de pequeña magnitud que provocan diplopia.