La salud visual en la temprana edad.
El desarrollo integral de los niños y adolescentes depende en buena parte de la evolución correcta de su visión. Según los especialistas, el aprendizaje visual comienza en el nacimiento y se desarrolla hasta aproximadamente los 8 años. Lo que no se aprende a ver durante esta etapa no se recupera en la edad adulta. No obstante, se estima que 1 de cada 4 niños sufre trastornos visuales, cifra que crecerá en los próximos años dado el abuso en edades tempranas de la visión cercana por la alta exposición a las pantallas, así como el homeschooling y las fórmulas híbridas de aprendizaje. La aparición reciente de los dispositivos electrónicos, que ejercen una atracción indiscutible hacia los más pequeños, supone una preocupación por la falta de estudios científicos que dejen patente el efecto que tienen sobre nuestra salud.
Entre las patologías oculares más comunes en la infancia encontramos el estrabismo y los defectos refractivos (miopía, astigmatismo e hipermetropía), que pueden causar ojo vago. Todas ellas tienen un buen pronóstico y se pueden revertir si son detectadas de forma precoz, pero también resulta fundamental cuidar los hábitos visuales en casa y en la escuela.
¿Por qué son malas las pantallas?
El uso de la visión cercana e intermedia, como cuando leemos o tenemos una pantalla delante, supone un ejercicio de acomodación del ojo en el que el cristalino debe cambiar de forma, generando una continua contracción de la musculatura ocular. Este ejercicio mantenido durante horas sin descanso puede generar un sobreesfuerzo que aumenta el riesgo de fatiga visual, especialmente en pacientes pediátricos.
Las actividades con dispositivos como el ordenador, la tableta, el smartphone, la televisión o la videoconsola, disminuyen la frecuencia de parpadeo. Este hecho puede provocar visión borrosa transitoria dado que el párpado es el encargado de distribuir de forma homogénea por toda la superficie ocular la lágrima natural de nuestro ojo, que es la principal potencia refractiva que tenemos.
Pautas generales
- Trabajar con luz natural.
- Realizar descansos periódicos.
- No olvidarse de parpadear.
- Cuidar la postura corporal.
- Ordenar el espacio de trabajo.
- Utilizar el modo nocturno o los filtros de luz azul de la tableta o el ordenador.
- Utilizar las gafas, si están prescritas. En verano, podemos graduar las de sol.
- Aprovechar los ratos de aburrimiento para desarrollar la creatividad, fomentar la lectura, o realizar actividades al aire libre sin pantallas. La música es una gran alternativa.
- Seguir las revisiones oftalmológicas, aunque tengamos la vista sana.
Establecer límites
El uso de ordenadores, tabletas, móviles y televisión en niños y adolescentes debería ser únicamente ocasional. Hay que hacer un uso responsable y acotarnos al tiempo máximo que aconsejan los expertos:
Uso de pantallas por edades
Guardería
(0 a 3 años) No hacer uso
Educación infantil 1 hora diaria
(3 a 6 años)
Educación primaria 2 horas diarias
(6 a 12 años)
Educación secundaria 2 horas diarias
(12 a 16 años)
Además, durante el tiempo que estamos trabajando con pantallas o utilizando la visión cercana, como cuando leemos, hay que hacer descansos periódicos de la vista. Esto significa levantar la mirada de la zona de trabajo, fijarnos en un punto lejano durante un rato corto, o bien aprovechar la ocasión para beber un poco de agua.
Si destinamos este tiempo a consultar el teléfono no estaremos dando descanso a la vista.
Desde Visión Echagüe recordamos, especialmente, la importancia de las revisiones oftalmológicas pediátricas, a pesar de que no exista sintomatología, ya que el desarrollo visual finaliza a los 8 o 9 años aproximadamente, siendo los primeros 4 años los de mayor progresión y mayor plasticidad neuronal.
Por eso, en caso de que exista algún problema ocular, es imprescindible detectarlo y tratarlo lo más precozmente posible, ya que más allá de esta etapa puede ser irreversible.